Mi palabra ahogada, me recoge la piel, en un nudo, me encierra bajo la cama, lo más fortuito. Retorna como un azul, en su diseño más inútil. Sin explicaciones de mierda, con hambres añejas, de poeta.
No quiero
bailar en laberintos. ¡Quiero mi casa
limpia! Hasta mi vista está
contaminada. Ahora tengo que
usar lentes y tan caro que está
el sistema, si tuviera solo dos ojos... lo extraño es que ahora tengo dos más. Quisiera movilizarme a 80 Km/h pero el oxígeno me lo impide. Antes era un deseado pez ahora, ni una traicionera lombriz me reta.